Los zapotecas o binnigula'sa' son, en la actualidad, uno de los pueblos autóctonos más relevantes de México y que junto con otros forma la admirable policromía étnica del estado de Oaxaca. Más relevantes dijimos, en virtud de su gran obra cultural y técnica que, gracias a su formidable genio, llevaron a cabo en su glorioso pasado, en su vida remota de nación independiente cuando todavía Colaní, el oráculo, no introducía, con sus fatídicos presagios la zozobra en sus espíritus. Los zapotecas fueron bravos e indomables en la guerra, así como también cultos y aventajados en las ciencias y las artes, y nos quedan aún monumentos que lo comprueban. El poderoso emperador mexicano en vano intentó esclavizarlos y sólo consiguió hacerlos sus amigos ofreciéndole a su rey en matrimonio a la hermosa Pelaxilla o Coyolicaltzin su hija. Sus conocimientos en la táctica militar nos lo revelan las fortificaciones de Monte Albán y Tehuantepec, y otros mil de que se encuentra sembrado aún el hoy estado de Oaxaca. ¿Qué diremos de su genio artístico en vista de las soberbias ruinas de Mitla o Mictlan? Ésto, más sus conocimientos astronómicos, régimen político y altura a que llegaron en la escritura jeroglífica, nos indican de un modo indiscutible que marchaban al frente de la civilización americana.
Sones Zapotecos de Juchitán
por: René Villanueva
Los pueblos zapotecos de Oaxaca han desarrollado y preservado una cultura de fuerte personalidad y rasgos distintivos. Uno de ellos es el idioma. A pesar del origen común, se diferencian por su ubicación geográfica variantes que llegan a ser hasta seis o nueve, según los autores que lo clasifiquen. Su carácter de lengua tonal (el tono de la voz determina el significado de la palabra) hace que esta lengua posea un sonido musical. Si bien ha recibido muchos préstamos del español, ha conservado básicamente su sólida estructura de idioma no escrito conservado por la tradición oral. No obstante se componen poesías y canciones y hasta hace poco se ha iniciado su escritura.
Juchitán es un importante centro de la cultura zapoteca, preservada y transmitida por sus habitantes que hablan en su mayoría la lengua de los antiguos más que el español. Rastreando la flauta o pito zapoteco que escuché en las grabaciones de campo que en 1965 con el decidido apoyo del pintor Francisco Toledo realizó José Raúl Hellmer a los maestros de la flauta Don Melesio López e Isidro Regalado, quise valorar qué tanto se conservaba la tradición luego de más de treinta años en que él había realizado sus investigaciones. Los piteros que él conoció y grabó ya han muerto, así que la interrogante era válida. Para fortuna nuestra, la conciencia y valoración de su cultura que tiene el pueblo juchiteco nos permite disfrutar ahora de esa tradición gracias a la transmisión que se mantiene a través de generaciones.
La transmisión de la cultura como un valor que se lega de una a otra generación, garantiza algo fundamental a los pueblos: identidad y arraigo, que no están reñidos con el progreso y los cambios que cada época conlleva, sino que por el contrario, permiten saber seleccionar los elementos de esos cambios para asimilarlos cuando van en el sentido de la historia y sentir de cada pueblo y no son resultado de imposiciones externas de la llamada modernidad que no son sino las viejas tácticas de despojo y sometimiento frente a poderes hegemónicos con ideología arcaica pero dotadas de tecnologías desarrolladas. Gracias a esa transmisión cultural el joven músico Heberto Rasgado me presentó en Juchitán a su maestro de la flauta Don Germán López López, quien aceptó se grabara parte de su amplio repertorio.
Dice Don Germán: "La flauta zapoteca tradicional tiene ocho agujeros: seis arriba, uno abajo y otro atrás. Se usan carrizos especiales más largos, para poder acomodar los agujeros y la boquilla. Ahora escasea el carrizo, porque limpiaron el río después de la inundación del ciclón Paulina. Están creciendo unos pero son muy cortos y no alcanza a salir una flauta. Los carrizos crecen en la parte más montañosa del río, donde hay más arboleda. Como en este lugar pega mucho el aire, por eso ahí crece, ahí se ve crecer más largos los canutos. Están en una parte que le dicen isunaa, Paso Cruz. Porque toda esta parte cerca del pueblo, casi no quedaron. Yo fabrico también los tambores y las flautas. Los tambores que hago, no son de partes, el cuerpo es de una sola pieza de guanacaxtle, una madera muy fina, ahuecada con gurbia. Todavía hay un poco de esa madera, porque llega la aserradera y se la lleva toda. Los cinchos son de frijolillo y el amarre es de cuero de venado o de chivo, también los parches son de chivo. Hay tambores de diferente tamaño. Antes se tocaba con un solo tambor poro ahora ya utilizan el bajo o bombo, ya se escucha más bonito. Las baquetas son de cualquier madera. Se toca con una concha de tortuga y se le da con cuerno de venado. Así se toca aquí. Los huaves tocan con diferentes caparazones y su música es diferente."
La flauta juchiteca de carrizo es de siete agujeros, seis al frente y uno atrás, tiene embocadura de pico cuyo aeroducto es de cera. Está adaptada a la notación occidental, aunque por su fabricación artesanal la afinación y los tonos resultan en la mayoría de los casos aproximados y se resuelven al criterio del músico ejecutante. No se pretende el rigor y la exactitud de afinación de un instrumento de conservatorio, baste que permita tocar el repertorio tradicional. El conjunto tradicional llamado de piteros para tocar los sones yaa o sones ismeños auténticos que acompaña a la flauta consta de dos tambores de doble parche, uno grande de sonido grave o bombo y el otro de sonido agudo o redoblante. Un carapacho de tortuga percutido con dos astas de venado completan la dotación y dan al conjunto una rica sonoridad. El carapacho interviene junto con los dos tambores en los sones antiguos que Don Germán llama prehispánicos y que conservan más rasgos y elementos indigenas zapotecos. Los dos tambores acompaflan a los sones tradicionales, muchos de los cuales los piteros han adaptado para la flauta, como son los que se bailan en las fiestas, como Anastasia, La Mareña. La Llorona, etc.
Sea esta grabación la manera de agradecer, conocer y reconocer la belleza de la música del pueblo zapoteco, así como un merecido tributo al arte de don Germán López López, maestro de la flauta.
Grupo "Biniguenda"
Flauta: Germán López López
Redoblante: Feliciano Luis López
Bombo: Cecilio Santiago Castillo
Carapacho: Virgilio Luis López
Redoblante: Ramiro Martínez Vázquez
Repertorio:
01. Nisiaaba Ne Bapu
02. Estomago Vacio
03. Pitu Nisiaab
04. El Perro Del Diablo
05. Danza Del Tigre
06. Bere Xhiga
07. Son Telayu
08. Viejo Lucuxu
09. Muchacha Cara Fea
10. Anastasia
11. Semana Santa
12. Xmale Guzina
13. Guzee Benda
14. La Mareña
15. La Llorona
16. La Ultima Palabra
17. Bigose Guixi'
Disfrútenlo!
Disfrútenlo!
Comentarios
excelente eso de las mentaledades "arcaicas".
agradecido, paso a descargar este documento valiosísimo, ojalá no se convierta en un fósil.
gracias a quien lo puso acá, en esta biblioteca mundial/galaxial que es internet.
ricardo moyano