La Huasteca es una de las regiones culturales más particulares y célebres de México, cubriendo seis estados del noreste mexicano: San Luis Potosí, Veracruz, Tamaulipas, Hidalgo, Querétaro y Puebla. La mayor parte de la región está cubierta por una llanura que es aprovechada para la ganadería, el cultivo de la caña de azúcar y la extracción de petróleo. Es a su vez hogar de varios grupos indígenas prominentes, entre los cuales están los Tenek (también conocidos como Huastecos), relacionados históricamente con los Mayas del sur de México, y los Náhuatl, conectados lingüísticamente con los antiguos Aztecas. Casi todos los huastecos, sin embargo, son mestizos, miembros del grupo dominante de la población mexicana que surgió de la mezcla de indígenas, de españoles y de aquellos de ascendencia africana traídos como esclavos durante el periodo de la colonización española (1521- 1810). El son huasteco es una importante expresión de esta centenaria identidad mestiza.
El son huasteco es comúnmente interpretado por el trío huasteco, tres músicos cantando y tocando tres instrumentos. El violín lleva la melodía, acompañado por dos guitarras que son exclusivas de la región. La huapanguera, también conocida como guitarra quinta, de caja profunda y con cinco órdenes de cuerdas. Usualmente los tres órdenes más graves tienen dos cuerdas cada uno y los dos restantes solamente una cuerda. La afinación difiere de la de la guitarra común de seis cuerdas. Es G-D-G-B-E, con un intervalo de quinta justa entre las dos primeras cuerdas y luego descendiendo una quinta justa de la cuarta a la quinta cuerda. Esta afinación crea una sonoridad profunda y llena. La jarana huasteca es más pequeña, con cinco cuerdas, afinada G-B-D-F#-A. Su más agudo diapasón y su sonoridad más comprimida pueden ser escuchados claramente, en particular cuando el intérprete ejecuta efectos especiales como el redoble (un golpe corto hacia abajo y hacia arriba sobre las cuerdas) y el abanico (cuando la mano que rasguea abre los dedos a la manera de un abanico que se desdobla, lazándolos sobre las cuerdas para producir un floreo rítmico). Ambas guitarras son rasgueadas con ritmos y patrones de golpes característicos del son huasteco. El estilo tradicional de tocar la huapanguera incluye interrupciones ocasionales de pespunteo -melodías punteadas en cuerdas individuales- así como redobles y abanicos. El intérprete de huapanguera Marcos Hernández, presente en esta grabación, es reconocido por su gran habilidad para el pespunteo. El estilo vocal huasteco se distingue del de los demás sones por las voces agudas marcadas por quiebres ocasionales al falsete que ornamentan la melodía. Las voces de dos grandes maestros de este estilo, Joel Monroy y Marcos Hernández, embellecen esta grabación. Los cantantes interpretan melodías tradicionales para presentar versos Cortos llamados coplas. Casi todas las coplas en esta grabación tienen entre cuatro y seis líneas de longitud, frecuentemente con las dos primeras líneas de cada copla repetidas en la alternación de los cantantes. En general, la poesía que se escucha en la interpretación del son huasteco puede ser tomada de un repertorio de versos que ya existe dentro de la tradición, puede ser improvisada según la ocasión, o puede haber sido compuesta de antemano.
Los Camperos de Valles
El trío toma su nombre de Ciudad Valles, en el estado de San Luis Potosí. Sus miembros recuerdan que el grupo se formó alrededor de 1974, cuando Joel Monroy se juntó con Marcos Hernández y Heliodoro Copado, los tres veteranos músicos. Copado era considerado uno de los más grandes exponentes de la tradición del violín huasteco. Hernández era un distinguido cantante e intérprete de huapmlguera. Monroy se había especializado previamente en el violín, pero adoptó la jarana para completar el trío. Cuando Monroy se mudó a Tampico, Tamaulipas, para tocar con Los Caimanes, Gregorio Solano tomó su lugar en la jarana. Cuando la salud de Copado declinó, Monroy, que había seguido en contacto con los Camperos mientras estaba en Tampico, se unió nuevamente al grupo alrededor de 1995. El grupo ha actuado a lo largo de México y ha recorrido también lnglaterra, Francia, Suecia y España. Frecuentemente visita los Estados Unidos, especialmente las comunidades mexicanas de California y Chicago.
Repertorio:
1. El aguanieve
El corte inicial tiene los elementos claves del son huasteco: la vivacidad, las improvisaciones del violín, los quiebres al falsete que adornan el ya agudo estilo vocal, la elaboración melódica del pespunteo en la huapanguera, y la puntuación rítmica del zapateo de la bailarina Rosa Flores que refuerza el rasgueo sincopado de la guitarra. En la sección instrumental que viene después del segundo verso, Marcos Hernández imita con un chasquido de la lengua el sonido del trabajo que hace la bailarina con los pies. A pesar de lo preciso del término aguanieve, Artemio Posadas cree que más bien hace referencia a la "llovizna tenue parecida al rocío" que caracteriza el clima de la región.
2. El fandanguito
Una tonalidad menor y una secuencia de acordes descendentes evocan las raíces del fandanguiro en la tradición musical española. El recio violín de Joel Monroy acrecienta el poder de las tonalidades oscuras de la poesía.
3. El llorar
Una impacrante progresión modal de acordes Bb-F-D7-G7-C y el "Ay la la la la la" que precede cada una de las líneas del texto, marcan el son "El llorar". El verso inicial también presenta la constante alternación continuo estilo de falsete de Joel Monroy y Marcos Hernández.
4. El gusto
"El gusto" y otros pocos sones tienen dos versiones, dependiendo de la tonalidad en la que son tocados. El violín y la voz de esta versión en re tienen rasgos melódicos diferentes de la versión en sol del mismo son. El segundo verso, que da origen al nombre del álbum, El ave de mi soñar, muestra cómo las imágenes de la vida rural se usan con regularidad para retratar la pena y el añoranza por el amor perdido.
5. La huasanga
Un prolongado "ay la la la" identifica inmediatamente "La huasanga". En éste y algunos otros sones (vg., "Aguanieve", "Zacamandú" y "Caimán" en este álbum), el ritmo de la guitarra y los cambios armónicos suceden sobre el tiempo durante las secciones instrumentales y se desplazan a contratiempo durante las secciones cantadas. Según Artemio Posadas, huasanga es una palabra derivada del maya que hace referencia al jícaro, una calabaza común en la región. Huasanga entonces significaría "fiesta en la tierra de los guajes" (calabazas) o simplemente "fiesta huasteca".
6. La llorona
La tonalidad menor y la secuencia de acordes descendentes de este son se asemejan a las de otras "Lloronas" procedentes de otras tradiciones regionales mexicanas.
7. El zacamandú
Este son se caracteriza por las pausas rítmicas abruptas y las secuencias de acordes asimétricas. Artemio Posadas cuenta que años atrás algunos músicos ya mayores le dijeron que el significado de esta voz no española era baile a la orilla de un río o en la playa. Él por su parte cree que está relacionado con el son "Toro zacamandú" de la vecina región jarocha de Veracruz, y que las súbitas interrupciones marcan los pases del toreo. Posadas dice que para algunos de los huapangueros éste es el "rey de los sones" junto con "El fandanguito". "El zacamandú" tiende a ser uno de los sones de tempo más rápido, junto con "La huasanga", "El caimán" y "Las flores". El zapateo de Rosa Flores muestra la conexión rítmica entre el ensamble instrumental y el baile.
8. La rosa
Este son en tonalidad menor es uno de los preferidos de la tradición huasteca. En él, cada verso es interpretado por uno de los músicos, a diferencia de otros muchos sones en los cuales los cantantes alternan líneas en la presentación de cada verso.
9. La pasión
La sección de violín con que se inicia este son ofrece un buen ejemplo de como Joel Monroy crea tensión melódica y luego la resuelve con fraseos que parten y retornan a la estructura rítmica básica y la progresión armónica.
10. El triunfo
"El triunfo" es uno de los sones huastecos en tonalidad menor que más aprecian músicos y audiencias por igual.
11 . La malagueña
El repertorio y el estilo del son huasteca han influenciado la música popular mexicana por más de medio siglo. Por ejemplo, la popular versión mariachi de "La malagueña" se deriva de la secuencia armónica, la métrica y el canto con falsete de su antecesora huasteca, que a su turno tiene raíces en la música regional española.
12. El caimán
En el alegre son "El caimán", el rasgueo de la guitarra cae sobre el tiempo fuerte. Esta versión presenta además el violín en pizzicato. Las imágenes poéticas del texto de Posadas son típicas del estilo del son huasteco.
13. Las flores
La habilidad de Joel Monroy, con su estilo característico de desarrollar una melodía, se destaca en esta pieza. En cada interludio instrumental, añade una rica dosis de matices en el violín que son, en sus propias palabras, "el chilito que le da sabor a la sopa".
14. El caballito
En esta pieza, el productor de la grabación, Artemio Posadas, toca el violín y canta el primer verso. El texto completo viene del repertorio de coplas tradicionalmente asociado a "El caballito". Posadas explica que los ritmos sincopados del baile de Rosa Flores, que caen a contratiempo, reflejan el estilo secundario veracruzano de la danza huasreca, que contrasta con el estilo a tiempo que caracteriza la mayor parte del baile huasteco.
Codificado en MP3 @320 kbps a partir del CD
A bailar!
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