Son del pueblo
Sones y chilenas con gusto.
“Son del pueblo” (Sones y chilenas de la Costa Chica de Oaxaca y Guerrero), es un grupo que se funda en 1995. Sus integrantes están interesados en preservar y difundir la música tradicional mexicana; además, realizan investigación documental, fonográfica y de campo.
En su más reciente producción fonográfica “Sones y chilenas con gusto” dan a conocer el sonido y el gusto de los pueblos de Oaxaca y Guerrero con el toque característico de “Son del pueblo”.
Integrantes
Víctor Hugo Garrido Pulgar. Tarola y voz.Sones y chilenas con gusto.
“Son del pueblo” (Sones y chilenas de la Costa Chica de Oaxaca y Guerrero), es un grupo que se funda en 1995. Sus integrantes están interesados en preservar y difundir la música tradicional mexicana; además, realizan investigación documental, fonográfica y de campo.
En su más reciente producción fonográfica “Sones y chilenas con gusto” dan a conocer el sonido y el gusto de los pueblos de Oaxaca y Guerrero con el toque característico de “Son del pueblo”.
Integrantes
Mario Alberto Macedo Brito. Platos de choque y voz.
Roberto Rodríguez Colindres. Bajo eléctrico.
Miguel A. Escudero. Teclados.
Luis Chávez Cera. Tambora.
Fanpage para que los visiten y sigan.
1- El son
2- Atolito con el dedo
3- El alingo lingo
4- El negro de la costa
5- La zandunga
6- Zihualpoloya (La San Luisteca)
7- El palomo
8- La llorona
9- El negrito chirundo
10- La sanmarqueña
11- El toro mixteco
3- El alingo lingo
4- El negro de la costa
5- La zandunga
6- Zihualpoloya (La San Luisteca)
7- El palomo
8- La llorona
9- El negrito chirundo
10- La sanmarqueña
11- El toro mixteco
12- Pinotepa
A la memoria de mi amigo y compañero Justino Carvajal Salgado
El estado de Guerrero se distingue por su amplia tradición oral y musical en las diferentes zonas geográficas, pero particularmente los sones de la Tierra Caliente, que tiene colindancias con Michoacán, y los sones de la Costa Chica que abarcan desde el puerto de Acapulco al estado de Oaxaca.
En la Tierra Caliente predominan los sones y los llamados gustos calentanos, derivados de los sones y jarabes antiguos que en un principio tenían un principio lento y que en la actualidad hacen uso de coplas con características picarescas con un son un tanto rápido que se considera bailable.
En sus orígenes, los sones y gustos calentanos describían las actividades ganaderas de la región, además de la belleza de sus mujeres y la fauna, guardando ciertas semejanzas con la chilena guerrerense autóctona, ya que algunos de sus sones son interpretados con el ritmo característico de la chilena de la Costa Chica de Guerrero y Oaxaca.
La chilena que se practica en la Costa Chica desciende de la cuenca chilena que se iniciara en esa zona del Pacífico a mediados del siglo XIX, cuando grupos de mineros chilenos que viajaban hacia el norte realizaban una escala en el puerto de Acapulco dejando los rasgos característicos y ritmos de sus cantos y bailes.
En Guerrero, la chilena original desarrolló transformaciones hasta aproximarse al son mexicano que se baila en parejas y el zapateado; este género musical imita el cortejo del gallo y la gallina, que se baila con pañuelo en la mano y en algunos casos en tarima; entre Ometepec y Cuajinicuilapa, a la tarima le llama artesa o canoa y sirve para una sola pareja.
La chilena se constituye en versos descriptivos y se termina con un verso de despedida, originalmente se utilizaban como instrumentos el arpa, el violín, una jarana, pero en la actualidad se están utilizando guitarras eléctricas, bajos, diversos instrumentos electrónicos.
En sus orígenes tenía rasgos de bailes andinos por la utilización del tamboreo y el pañuelo como señal de baile, en la actualidad la chilena se auxilia de las orquestas, la música de viento, clarinete, saxofón, tambor, tambora, platillos y requintos eléctricos.
Los grandes exponentes de la chilena dejaron un legado para futuras generaciones como el trabajo del compositor Álvaro Carrillo, quien escribió en su juventud primera tres hermosas chilenas: Con cuidadito, La Yerbabuena y Pinotepa Nacional; José Agustín Ramírez Altamirano dejó para la posteridad sus composiciones Caleta, Ometepec, La San Marqueña, Olinalá y Por los caminos del sur.
El corrido se ha convertido en un género académicamente respetable y digno de estudio por musicólogos, antropólogos y literatos que se interesan por el rescate de la tradición oral y sus formas populares, como elemento de la crónica popular. Los estudiosos del corrido mexicano como don Vicente T. Mendoza, Celedonio Martínez Serrano y Yolanda Moreno Rivas, han mantenido un debate sobre el origen del corrido sugiriendo que éste tiene su origen en el romance español, en los doce versos mexicas o incluso en la Revolución Mexicana, también se maneja que puede ser descendiente de la tercera raíz llamada afrodescendientes de acuerdo con los patrones culturales africanos identificados por el doctor Gonzalo Aguirre Beltrán.
En Guerrero, y particularmente en la Costa Chica, el corrido tiene rasgos característicos, hábitos y tradiciones de las culturas populares afromestizas vinculados a las relaciones, sociales, mágico religiosas y movimientos contra la opresión y la resistencia contra el poder. En la región afromestiza de la Costa Chica, el corrido tiene fuerte expresión popular y es característico por el dinamismo y la creatividad con la que se desarrolla.
Los corridos costeños son parte de la memoria colectiva y se mantienen resistentes a desaparecer como elemento histórico etnográfico, que resalta las luchas de los pueblos, los levantamientos armados y la cosmovisión del pueblo costeño con temáticas que van desde gallos de pelea, caballos de carreras, acciones revolucionarias, que se manifiestan y participan en la cohesión e identidad colectiva.
Entre los corridos que se mantienen en el gusto popular y el imaginario colectivo están el de Epifanio Quiterio, alias La Mula Bronca, quien se enfrentó a la policía motorizada y murió en el enfrentamiento; El Zanatón, La yegua sin rienda, El coyote de Cuaji, El perro con rabia, La gallinita y El animalito, entre muchos otros.
A la memoria de mi amigo y compañero Justino Carvajal Salgado
El estado de Guerrero se distingue por su amplia tradición oral y musical en las diferentes zonas geográficas, pero particularmente los sones de la Tierra Caliente, que tiene colindancias con Michoacán, y los sones de la Costa Chica que abarcan desde el puerto de Acapulco al estado de Oaxaca.
En la Tierra Caliente predominan los sones y los llamados gustos calentanos, derivados de los sones y jarabes antiguos que en un principio tenían un principio lento y que en la actualidad hacen uso de coplas con características picarescas con un son un tanto rápido que se considera bailable.
En sus orígenes, los sones y gustos calentanos describían las actividades ganaderas de la región, además de la belleza de sus mujeres y la fauna, guardando ciertas semejanzas con la chilena guerrerense autóctona, ya que algunos de sus sones son interpretados con el ritmo característico de la chilena de la Costa Chica de Guerrero y Oaxaca.
La chilena que se practica en la Costa Chica desciende de la cuenca chilena que se iniciara en esa zona del Pacífico a mediados del siglo XIX, cuando grupos de mineros chilenos que viajaban hacia el norte realizaban una escala en el puerto de Acapulco dejando los rasgos característicos y ritmos de sus cantos y bailes.
En Guerrero, la chilena original desarrolló transformaciones hasta aproximarse al son mexicano que se baila en parejas y el zapateado; este género musical imita el cortejo del gallo y la gallina, que se baila con pañuelo en la mano y en algunos casos en tarima; entre Ometepec y Cuajinicuilapa, a la tarima le llama artesa o canoa y sirve para una sola pareja.
La chilena se constituye en versos descriptivos y se termina con un verso de despedida, originalmente se utilizaban como instrumentos el arpa, el violín, una jarana, pero en la actualidad se están utilizando guitarras eléctricas, bajos, diversos instrumentos electrónicos.
En sus orígenes tenía rasgos de bailes andinos por la utilización del tamboreo y el pañuelo como señal de baile, en la actualidad la chilena se auxilia de las orquestas, la música de viento, clarinete, saxofón, tambor, tambora, platillos y requintos eléctricos.
Los grandes exponentes de la chilena dejaron un legado para futuras generaciones como el trabajo del compositor Álvaro Carrillo, quien escribió en su juventud primera tres hermosas chilenas: Con cuidadito, La Yerbabuena y Pinotepa Nacional; José Agustín Ramírez Altamirano dejó para la posteridad sus composiciones Caleta, Ometepec, La San Marqueña, Olinalá y Por los caminos del sur.
El corrido se ha convertido en un género académicamente respetable y digno de estudio por musicólogos, antropólogos y literatos que se interesan por el rescate de la tradición oral y sus formas populares, como elemento de la crónica popular. Los estudiosos del corrido mexicano como don Vicente T. Mendoza, Celedonio Martínez Serrano y Yolanda Moreno Rivas, han mantenido un debate sobre el origen del corrido sugiriendo que éste tiene su origen en el romance español, en los doce versos mexicas o incluso en la Revolución Mexicana, también se maneja que puede ser descendiente de la tercera raíz llamada afrodescendientes de acuerdo con los patrones culturales africanos identificados por el doctor Gonzalo Aguirre Beltrán.
En Guerrero, y particularmente en la Costa Chica, el corrido tiene rasgos característicos, hábitos y tradiciones de las culturas populares afromestizas vinculados a las relaciones, sociales, mágico religiosas y movimientos contra la opresión y la resistencia contra el poder. En la región afromestiza de la Costa Chica, el corrido tiene fuerte expresión popular y es característico por el dinamismo y la creatividad con la que se desarrolla.
Los corridos costeños son parte de la memoria colectiva y se mantienen resistentes a desaparecer como elemento histórico etnográfico, que resalta las luchas de los pueblos, los levantamientos armados y la cosmovisión del pueblo costeño con temáticas que van desde gallos de pelea, caballos de carreras, acciones revolucionarias, que se manifiestan y participan en la cohesión e identidad colectiva.
Entre los corridos que se mantienen en el gusto popular y el imaginario colectivo están el de Epifanio Quiterio, alias La Mula Bronca, quien se enfrentó a la policía motorizada y murió en el enfrentamiento; El Zanatón, La yegua sin rienda, El coyote de Cuaji, El perro con rabia, La gallinita y El animalito, entre muchos otros.
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