Natalia Kruz - La última palabra

Natalia Kruz y su “Guendanabani”
Natalia es una joven cantante que maneja el repertorio de la música regional oaxaqueña con gran virtuosismo y apego a la tradición; este disco que hoy presenta es un ejemplo de cómo los temas tradicionales suenan frescos interpretados por jóvenes.
En una entrevista con “El Oaxaqueño”, Kruz cuenta que es originaria de Asunción Ixtaltepec, en el Istmo de Tehuantepec, lugar de nacimiento de Jesús “Chu” Rasgado, famoso compositor oaxaqueño.
“Allá transcurrió mi infancia, cursé los estudios elementales y se despertó en mí un interés natural por la música, especialmente por el canto en zapoteco, que es mi lengua materna…”, señala.
Desde niña, Natalia participó en el coro de la Parroquia de la Virgen de la Asunción; ahí comenzaron sus primeros pasos en el canto, después de participar en eventos escolares y culturales en la comunidad, cantando en zapoteco.
En 1998 emigró a la ciudad de Puebla, para terminar la preparatoria y estudiar la carrera de licenciada en filosofía, en la Universidad Popular Autónoma de Puebla; también inició sus cursos de canto de manera formal con el maestro Arturo Uceda, con quien trabajó técnicas de manejo de voz, de respiración, etcétera.
Kruz aprovechó la cercanía de Puebla con el D.F. para estudiar con prestigiados maestros de canto durante ocho años.
Con respecto a su trabajo, cuenta: “Manejo el repertorio de la música popular mexicana e incursiono en el bel canto, pero lo que más me gusta cantar, de corazón, es el son istmeño, la música regional oaxaqueña; las composiciones de los autores de allá, como ‘Chu’ Rasgado; a mí me gusta cantar en zapoteco.”
La cantante cuenta que éste es su primer disco, y nace de una invitación del maestro Delfino Ordaz, fundador de los tríos “Los Hermanos Ordaz”, Trío “Monte Albán” y “Los Arieles”, y que actualmente maneja una firma productora: “Alfa Records”.
Uno de sus tíos, que forma parte de la productora, al escucharla cantar, le propuso hacer el disco.
“Al principio yo no quería; tenía que terminar mi carrera: era un compromiso con mis padres y conmigo misma”, comenta.
Una vez grabado su primer disco, Kruz comenzó a trabajar en el proyecto de los eventos del centenario del natalicio de Frida Kahlo, una figura a la que en todo el mundo se asocia con la cultura istmeña, por la adopción que hizo en el uso cotidiano del traje de tehuana, pues su madre era tehuana.
“Sólo que el nombre de Frida Kahlo, su imagen y su obra, son marcas registradas, lo que era entrar en terrenos burocráticos muy complejos; entonces ―explica finalmente― decidimos hacer un disco que muestre lo que es la cultura del Istmo, el canto en zapoteco bien hecho, hecho por gente de allá. El canto istmeño desde la sensibilidad de la gente de allá.”

Natalia Kruz
La última palabra 'Guendanabani'

Frida Kahlo
Reina
Ba'dudxaapa huiini' sicarú' (Muchachita hermosa)
Xcanda (Mi sueño)
Nagolaridxi' (La llorona)
La tehuanita
Naela
Cayuuna' cayete' pur lii (Sollozando)
Guendanabani (La última palabra)
Bacaanda (Sueño)
Corazón vacío
Fan Bidxá (Juán el brujo)
Son bigu (La tortuga del arenal)
Mi caminito
Guizíi (Tehuantepec)
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